Autopistas inductivas que permiten la conducción autónoma
Como todo el mundo sabe, la autonomía de la mayoría de vehículos eléctricos que encontramos en el mercado sigue siendo el «talón de Aquiles» del desarrollo de esta forma de movilidad basada en cero emisiones directas. Es habitual que nos encontremos con modelos que no llegan a los 300 km, por ello, en el horizonte aparece una solución, las autopistas inductivas.
Para poner solución al problema de la autonomía limitada tenemos dos caminos, o aumentamos la capacidad de almacenamiento de los vehículos (mayores baterías o nuevas tecnologías con mejor densidad energetica) o conseguimos un sistema que alimente de manera continua el motor de nuestro coche eléctrico.
En este último sentido, se están poniendo en marcha varias iniciativas y proyectos que estudian cómo recargar las baterías de los vehículos mientras estos se encuentran en movimiento. Hasta ahora, las dos vías de hacer llegar esta energía incrustando en el asfalto algún sistema de carga inductiva o recurrir a una catenaria como la usada por trenes y tranvías.
Dentro de estas propuestas hoy quiero escribiros sobre una que por el momento se encuentra en fase de desarrollo, una propuesta original y ambiciosa que ha llamado la atención de varios inversores. Su nombre es el Proyecto TEV, ideado por el inventor Will Jones, cuyo objetivo es construir autopistas en las que los vehículos eléctrico no sólo recarguen sus baterías mientras circulan, sino que permitan a estos vehículos tener características de conducidos autónoma.
Estas autopistas inductivas evitarían congestiones de tráfico, debido a que la conducción autónoma permite la circulación de grupos de vehículos en modo «convoy». El Proyecto TEV está alineado con la idea de smartcity o ciudad inteligente que busca integrar en un mismo modelo eficiencia, respeto por el medio ambiente y viabilidad económica. En palabras de Caroline Jones Carrick, hija del inventor: “El transporte por carretera ideal debería ser de cero emisiones, cómodo, útil y seguro”.